El Asesino nervioso
Era temprano a la mañana cuando recibimos una denuncia de un vecino que escuchaba gritos como si fueran de una pelea que venía de uno de sus vecinos, dijimos que en media hora estábamos ahí. Cuando llegamos al vecindario hablamos con el vecino que nos había llamado y nos dijo que en la casa que escuchaba los ruidos era la casa de alado.
Nos dijo que en esa casa vivía un viejo que le faltaba un brazo y con una apariencia un poco tenebrosa, pero después de un rato le decía que también vivía su empleado en la misma casa que ese anciano, pero nos dijo que el empleado era muy raro muy nervioso.
Fuimos a la casa del viejo, por fuera se veía como una mansión embrujada colgaban telas de arañas en las rejas de las ventanas y las paredes tenían manchas de humedad, parecía que la hubieran abandonado hace muchos años. Cuando fuimos a tocar la puerta de la casa del anciano nos atendió el empleado y nos preguntó qué fue lo que había pasado y le dijimos que los estaban aquí porque los vecinos escuchaban ruidos y el hombre nos hizo pasar.
Por dentro de la casa era mucho más tenebrosa que por fuera, habían antigüedades muy escalofriantes, armas antiguas colgadas como adornos, libros viejísimos, también los techos estaban llenos de telas de arañas y mucho polvo en las mesas. El hombre nos hizo un recorrido por la casa y mientras hacíamos el recorrido nos dijo que esa noche el anciano no estaba, nos dijo que se fue a otra ciudad para reunirse con unos antiguos compañeros del ejército.
Nos llevó a una habitación igual de escalofriante que la casa. Y nos contó lo que había pasado esa noche según él se había caído de una escalera cuando quería bajar de un armario que estaba muy alto unas sábanas mientras nos serbia un vaso de agua. Entonces nos que damos hablando un rato, habrán pasado diez minutos que uno de mis compañeros hizo un comentario muy gracioso sobre la casa y yo y mis dos compañeros que estaban presente nos morimos de risa. Pero al parecer el hombre no se lo tomo muy bien y empezó a ponerse nervioso y a hacer gestos muy raros también estaba muy inquieto estaba sudando hasta que dijo a los gritos
-¡ESTA MUERTO YO LO MATE COMO SIGUE LATIENDO ESE MALDITO CORAZON!
Y empezó a sacar las maderas del suelo y nos mostró la cabeza del viejo
-¡LO ADMITO YO LO HICE, MALDITO VIEJO OJO DE BUITRE!
Enseguida lo agarramos y lo empezamos a interrogar, cuando terminamos de interrogarlo nos dimos cuenta que este hombre era un psicópata y lo esposamos y lo llevamos directo a un manicomio al cual creo que no saldrá de ahí nunca.